Dietas detox: lo bueno, lo malo y lo feo

Estamos en una época donde las dietas y restricciones alimenticias se han popularizado enormemente. Las dietas de desintoxicación o detox son realizadas en cortos periodos de tiempo con el fin de eliminar toxinas del cuerpo, promocionar un estilo de vida saludable y ayudar con la pérdida de peso. Hay una larga variedad de dietas que van desde ayunos, consumo único de jugos, uso de laxantes, diuréticos, vitaminas y minerales. Klein y Kiat (2014) realizaron una revisión crítica de numerosos programas de desintoxicación. Mencionan que hay poca evidencia científica que respalde a este tipo de dieta pero, de las realizadas, hay resultados positivos. Sin embargo, estos estudios han sido realizados en una muestra bastante reducida.

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Antes de hablar específicamente de las dietas detox, me gustaría mencionar de qué es lo que nos estaría desintoxicando específicamente. Está bien establecido que algunos químicos sintéticos utilizados por las industrias se acumulan en el cuerpo y estas son tóxicas en grandes dosis. Por ejemplo, los COPs (contaminantes orgánicos persistentes, o POPs en inglés) son conocidos pesticidas, insecticidas y herbicidas que se acumulan en el tejido adiposo y han sido relacionados con casos de enfermedades metabólicas, cardiovasculares, neurológicas y cáncer. Estos fueron prohibidos en los setentas en Estados Unidos, la Unión Europea y Australia, sin embargo, todavía se encuentra rastros de estos en el ambiente y en muestras sanguíneas y leche materna de personas.

Otros ejemplos serían los ftalatos (plastificadores utilizados en envases de alimentos y revestimientos de suplementos nutricionales), yodo (que en exceso produce trastornos tiroideos), y metales pesados como mercurio, plomo, arsénico y aluminio.

El cuerpo tiene diferentes formas de excreción dependiendo de la sustancia no deseada, donde lo convierte a otra molécula (como la metilación del arsénico). Sin embargo, hay algunas sustancias que no suelen ser fáciles de excretar, como los COPs o los metales pesados. Se ha descubierto que el mercurio se mantiene por un promedio de 57 días en la sangre y el plomo, de 20 a 30 años en el tejido óseo.

Gracias a estudios de investigación, se han descubierto numerosos componentes nutricionales que tienen propiedades desintoxicantes actuando sobre una sustancia tóxica específica. El perejil, el ácido málico (en uvas y derivados), el ácido cítrico, el ácido succínico (en mazanas) y el alga Chlorella son algunos de ellos.

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Como se ha mencionado, se puede consumir cierto tipo de alimentos en la dieta para desintoxicar al cuerpo de ciertas sustancias. Pero, aún queda la duda si es que este tipo de dietas tengan un efecto positivo en la reducción de peso, sobre todo por los períodos largos de ayuno o la baja carga calórica. Los estudios de Mazurak et al y Tomiyana et al han probado que dietas detox bajas en calorías aumentan los niveles de cortisol y aumentan el apetito, haciendo difícil que se siga este tipo de dieta a largo plazo. Los peligros principales de consumir este tipo de dietas son las deficiencias proteicas y vitamínicas, junto con un desbalance electrolítico. La sobredosis en el consumo de agua, suplementos, laxantes y diuréticos  son otros problemas graves.

No podemos negar que los resultados inmediatos se ven atractivos a las personas, pero se debe tener una conciencia nutricional al respecto que es claramente carente. Es necesario delimitar la línea entre lo que es fácil y saludable.

3 comentarios en “Dietas detox: lo bueno, lo malo y lo feo

  1. Joven Exploradora,

    Déjeme felicitarla por lo precisa que es su investigación, buen gusto por los temas y el impecable desarrollo del artículo, rico en vocabulario y referencias que sustentan lo presentado.
    Tengo una consulta…

    Es terrible el sigilo con el que ataque el cáncer! Desde chico que cruzo los dedos para espantarlo. Citando su artículo anterior: “Se ha calculado que esta enfermedad aumentará en un 45% entre el 2007 y el 2030” queda demostrado la sensación que tenía, definitivamente el cáncer es más común ahora que lo era antes.

    Entiendo que la solución es controlar lo que uno come, sin mencionar eliminar los malos hábitos, pero por más que controlemos nuestra dieta, no hay garantía de que esté libre de los Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs), siento impotencia y mala intención.

    Estoy seguro que el cáncer ataca al sector con mayor poder adquisitivo ya que estos tienen acceso a comida de “mejor calidad” pero inundada de contaminantes; de ser posible brindar estadísticas o referencias que confirmen la hipótesis. Por ejemplo: el pollo da demasiada alergia.
    De esta manera podre evitar a tiempo intoxicarme.

    Muchas gracias, nuevamente, agradezco su iniciativa por crear este espacio

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    • Buenas noches, tiene un muy buen punto. Por suerte las COPs han sido prohibidas desde los años setenta por países que regulan el uso de sustancias químicas en alimentos (EEUU, UE y Australia). Si bien aún se encuentran rastros de estos compuestos en personas, hay también otros factores que influencias la presencia de cancer. Le recomiendo leer una entrada anterior donde se mencionan las bases para la prevención del cáncer según la OMS. ¡Muchas gracias por su comentario!

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